Ha existido un debate entre los cristianos y no cristianos sobre si hacer buenas obras, o simplemente tener fe, ya que es algo que no se enseña muy a menudo o se distorsiona a nuestro favor para tener una falsa sensación de “hacer lo correcto”. Pero Pablo en una de sus cartas nos muestra cual debe ser la relación entre la obra y la fe, pero hay un aspecto que muy pocas veces tomamos en cuenta y la razón por el cual no se completa, o se pospone, las obra de Dios en nuestra vida, iglesia, trabajo, universidad, etc.

Santiago habla sobre la fe, con y sin obras, en el capitulo 2 verso 17, del cual aprendimos que la fe sin obra es muerta en sí misma, es decir, confiar en Dios y no demostrarlo con hechos, pues simplemente eso para Dios no vale o esperar que el Espíritu Santo te ayude a resolver tus problemas pero no hacer algo para solucionarlos, no hará que tu fe por la respuesta sirva para solucionarlos. Así como la mujer que corrió hacia Jesús en medio de la multitud en busca de su milagro, y cuando llega, Jesús le dice que por su fe ya ha sido sanada, y así su fe se vio demostrado por el hecho de buscar tocar el manto de Jesús en medio de tantas personas o el ciego que gritaba con muchas fuerzas para que Jesús lo oyera y así le recobrara la vista, su fe se vio demostrada cuando a pesar de que la multitud le pedía que se callara, él gritaba cada vez más y así por fue sanado; y en la carta de Pablo para hebreos en el capítulo 11, se ven más ejemplos de una fe demostrada con obras.

Pero en este escrito, quiero mostrarte otro aspecto de la fe, cuando no está puesta en quien se debe sino colocada en otras cosas. Pero antes de hablar sobre esto, quiero contarte dos historias de la biblia en que se ve demostrada una fe puesta no en Dios aunque lo parezca:

Caminando sobre el agua…

En una oportunidad, Jesús le pide a sus discípulos, que se adelanten en la barca, mientras el se queda a despedirse de la gente y luego a orar. Cuando ya se alejaba la barca de la orilla, luchaban a contra viento y con grandes olas. Luego a lejos ven una figura que caminaba sobre el agua, y ellos pensaron que era un fantasma y Jesús les dice quien es él y que no teman, pero Pedro le dijo: “Señor, si realmente eres tu, ordena que yo camine también sobre el agua y vaya hasta donde tú estás.” Y Jesús le responde que venga hacia él.

Pedro empieza a caminar sobre las aguas hacia Jesús, y la biblia dice que él tuvo miedo al sentir la fuerza del viento y comenzó a hundirse, él pide ayuda y Jesús lo ayuda y le dice: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?

Analicemos esto…

Una historia muy interesante del cual se ha sacado muchos temas con el mismo aspecto referente a este acontecimiento. Pero hoy quiero que lo veamos desde otro punto de vista. Empecemos cuando Pedro le dice que si de verdad es Jesús le ordene caminar sobre las aguas, y el le dice: “ven”. Ahora bien, Pedro entendió que cualquier cosa que Jesús ordenara eso se cumpliría pase lo que pase si se tiene fe en Jesús, pero entonces la pregunta que nos viene a la mente es: ¿Por qué dudó?

La biblia dice que Pedro al sentir los fuertes vientos que le golpeaban tuvo miedo y se hundió, pero cuando Jesús lo ayuda a no ahogarse, él no le pregunta por que tuvo miedo, sino: ¿por qué dudaste? Para entender esto, entremos en la mente de Pedro cuando estaba caminando. Pedro ve un hecho: caminar sobre las aguas, y ve a Jesús a lo lejos. Pedro confundió sobre en que debería poner su fe, su confianza, si en ese Jesús que se ve a lo lejos y no parece hacer algo o en que él puede caminar sobre el agua hacia Jesús. Cuando el ve y siente que está caminando sobre las aguas quizás sintió que Jesús le había dado la potestad de caminar sobre las aguas y puso su fe en lo que hacía y no en quien permitía que pudiera caminar sobre el agua. Al él poner su fe en lo que hacía (caminar sobre el agua) se exponía a que cualquier cosa derrumbe su confianza en lo que hace. Pedro tuvo miedo al sentir los fuertes vientos en tu cuerpo, pero el pide ayuda es cuando se empieza a hundirse, porque su confianza estaba puesta en que él podía caminar sobre el agua y al empezar a hundirse se dio cuenta que no podía y que su fe no valía de nada.

Cuando Jesús extiende su brazo para ayudarlo a no ahogarse, el dice la clave de lo que pasó: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?, en la versión traducida al lenguaje actual dice: “Pedro, tú confías muy poco en mí, ¿por qué dudaste? Allí se ve lo que realmente pasó, pues a Jesús no le interesa si tuvo miedo o no, sino el porqué no confió en Jesús sino en lo que hacía.

Esto nos brinda una gran enseñanza y es que: “La fe no debe estar puesta en la obra de Dios, sino en el Dios de la obra”

Cuando nuestra fe se fundamenta en la obra de Dios, esperamos que esta obra progrese a nuestra manera o de cierta forma, pero hay que recordar que esa obra no es nuestra, sino de Dios, y Dios hace lo que le plazca para que la obra se cumpla y sea de bendición; y cuando no suceden las cosas que esperamos que pasen, entonces es ahí donde dudamos de la obra de Dios, o si es Dios quien está con nosotros. Es muy fácil confundir nuestra fe en la obra de Dios y nuestra fe en el Dios de la obra, pues es muy similar pero con finales distintos.

Pero cuando nuestra fe se fundamenta en el Dios de la obra, podemos entender lo que pasa en la obra de Dios, y podemos “caminar sobre las aguas” entendiendo que no somos nosotros quienes podemos hacerlo, sino que es Dios que permite que caminemos sobre el agua. Y créeme, la fe puesta en la obra de Dios, puede ser derrumbada por cualquier cosa, pero la fe puesta en el Dios de la obra, ni teniendo miedo se puede derrumbar. Recuerda que puedes tener muchísimo miedo, pero lo que te puede hundir es dudar de aquel que permite que hagas cosas sobrenaturales, y siempre Dios te preguntará ¿dudaste o no dudaste?

Otra historia…

Todo buen cristiano conoce la historia de la traición de Judas Iscariote. Pero muy pocos nos preguntamos: ¿por qué lo traicionó? o ¿qué le hizo Jesús a Judas para que lo traicionara? En esta historia se ve como la fe puesta en la obra y en Dios es muy similar pero con propósitos distintos y con puntos de vistas distintos. Jesús había permanecido tres años junto a sus doce discípulos, enseñándoles la Palabra de Dios y entrenándolo. Entre esos discípulos estaba Judas Iscariote aprendiendo de Jesús cada día, pero ¿por qué una persona que tenía un buen puesto dentro del grupo de Jesús, llegaría a traicionarlo?

Es posible que Judas Iscariote perteneciera a los zelotes, que buscaban independizar Judea del imperio romano. Por lo tanto, Judas al ver que los “líderes religiosos” estaban en contra de Jesús y hasta él mismo decía que iba a morir, sintió que Jesús traicionaba la independencia de Judea, aquí vemos que para Judas, Jesús no lo era el todo, sino un instrumento para cumplir aquello en lo que tenía puesta su fe, que era esa libertad del imperio romano. Pero Judas le servía a Jesús porque veía que su propia obra se podía cumplir, y este servicio es muy similar al servicio de Pedro, Juan, etc. Pero vemos en lo que terminó cuando su fe estaba fundamentada en la obra y no en Dios que permite que se cumpla esa obra.

Para terminar…

El servir a Dios de corazón, y servir a Dios para cumplir nuestros propios propósitos son muy similares a simple vista, pero nuestra fe puesta en Dios, ni con todo el miedo que podamos llegar a tener, esa fe caerá, pues el miedo no derrumba la fe, sino la duda. Así como Pedro confundió entre lo que hacía y entre el que permitía que pudiera hacerlo o Judas Iscariote que le servía a Jesús solo porque veía que sus planes se podían cumplir con Jesús, y parecía que le servía de corazón, realmente su servicio era “por cumplir” y no por un sentir de amor a Dios.

Recuerden que la verdadera fe se basa en el Dios que permite que podamos hacer cualquier cosa y no en las cosas que hacemos aunque sea para Dios, la fe es para Dios.

2 respuestas a “Entre la Obra y la Fe

  1. Hey sorprendentes historias las que nos cuenta el gran libro de la vida!! Sabes cualquier persona sentiria miedo al igual q Pedro en ese momento, y pensar que caminarias sobre el mar en una tormenta mira una gran travesia pero son cosas asi como la vida cotidiana cosas que en el transcurrir de los años experimentaremos claro no tanto como caminar sobre el mar pero si enfrentarnos a cualquier dificultad de la vida y este pensamiento nos enseña que con simplemente Fé podemos enfrentar grandes cosas como una «Caminar sobre el Mar» Bendiciones Excelente pensamiento!!

  2. Definitivamente la Fe centrada en ese Dios todopoderoso, Dios de la obra es lo que nos permite apreciar y disfrutar las grandes maravillas y bendiciones de esa misma obra. Asi y solo asi es como «se puede caminar sobre las aguas», con nuestra confianza puesta plenamente en Él.
    Excelente Mensaje!! =)

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